Rhodes detalla las múltiples violaciones, maltratos, adicciones y trastornos (tanto físicos como psicológicos) que padeció en su infancia y adolescencia. Dibuja las verdaderas fronteras del dolor y la resistencia humana con el fondo de la música como poder terapéutico. Hablar de terror, miedo, humillación y vergüenza, es incómodo, desgarrador y visceral. Montones de escombros interiores que se sostienen gracias al amor por el piano. El libro contiene dos visiones, una en la que narra los abusos y todos los problemas derivados de ellos, y otra en la que habla de los grandes compositores y pianistas, las discográficas y los críticos. En Spotify puedes encontrar las piezas mencionadas en el libro. Las páginas finales derivan en consejos de libros de autoayuda y pasiones cariñosas, salpicadas de literatura del corazón. Él reconoce que es “un imbécil vanidoso, egocéntrico, superficial y narcisista” y que “hay que hablar de ello, para que la gente lo sepa y para que el estigma que tiene el que lo sufre disminuya”. Existe el perdón y la música, pero la mancha siempre está presente.
