Sueños y secretos de… La Mojigata

Natalia y Fer son pareja, residentes en Madrid y artífices de este bonito proyecto al que ellos llaman «casering», que no es otra cosa que un servicio de catering con alma a base de productos de gran calidad y con un concepto creativo detrás muy potente. Natalia era una fotógrafa especializada en retratos y, cuando se quedó sin trabajo, decidió apostar por lo que más le gusta: la comida. Fer es diseñador gráfico y junto a ella gestiona con ilusión el proyecto de su vida. Actualmente acaban de estrenar un nuevo espacio físico de 300m2 en el que dan rienda suelta a su ingenio y donde marcas y particulares llevan a cabo sus eventos. Una pareja de artistas que emplea su imaginación al servicio de la gastronomía. ¡A ver si pronto llegaran a Barcelona con esa onda expansiva! (¡Si tienes algún business similar escríbenos a la redacción y cuéntanoslo!).
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Autodefinición de La Mojigata:
Somos Natalia y Fer, nuestra cocina, nuestras inquietudes, nuestra creatividad, un montón de clientes maravillosos con los que hacer proyectos increíbles y, en estos momentos, también un espacio de 300 m2 que llenaremos de contenidos.

¿Cómo, cuándo y dónde surgió la idea de montar un negocio de estas características?
¿Cuándo? En el peor momento en el que podíamos hacerlo, 2011, concretamente el 29 de marzo, fecha muy apropiada también para definir el momento económico. ¿Cómo? Con muy poco dinero, muchas ganas y un par… ¿De dónde surgió la idea? Cada vez que salíamos a desayunar un domingo hablábamos del tema. Era difícil encontrar un lugar con el pan recién hecho y las confituras caseras.

¿Por qué un proyecto gastronómico?
​ Yo, Natalia, he estado siempre un poco obsesionada con el tema. Me encanta comer y me gusta cocinar para los demás. Supongo que al final no puedes escapar de lo que realmente estás destinado a ser. A veces, sólo hay que rascar un poco dentro de uno y creer en ello.

¿Qué lugar ocupa la gastronomía en vuestras vidas además de ser vuestro proyecto profesional?
Digamos que un lugar más que privilegiado. Sobre todo porque hablamos todo el día de lo que podemos hacer, buscamos, leemos sobre ello… Debemos confesar que en nuestra casa la comida es bastante común. No os imaginéis a una pareja cocinando como locos cada noche al llegar a casa o yendo a comprar ruibarbo al súper porque se nos ha terminado.

¿Qué es lo que os hace diferentes en La Mojigata?
Si hay algo positivo de tener tu propio negocio es que puedes hacer con él lo que te de la gana. Como decíamos al principio, La Mojigata somos nosotros, nuestras ideas y nuestras inquietudes. Partiendo de que no hay dos personas iguales… Nunca pretendemos ser diferentes, siempre miramos hacia adelante, arriesgamos. Unas veces nos ha ido peor y otras súper bien. Hemos aprendido en el viaje que debemos seguir nuestro instinto y que no debemos ponernos límites, al menos, hablando creativamente. Siempre hemos tenido la necesidad de que La Mojigata fuera algo más que un negocio, si no nos hubiéramos gastado mucha pasta en el psiquiatra.

¿Los «Desayunos Tardíos» son los nuevos brunch?
Es justo lo contrario, el brunch son los Desayunos Tardíos de toda la vida.

¿Cuándo tenéis previsto inaugurar vuestro espacio para eventos y qué servicios vais a ofrecer?
La idea es que coincida con los próximos Desayunos Tardíos. Queremos que el nuevo espacio mojigato sea un espacio muy vivo y lleno de actividades y contenidos relacionados (o no) con el mundo de la gastronomía. Queremos hacer conciertos, happenings, eventos para marcas y particulares, exposiciones, talleres… Todo el que tenga una buena idea y busque un espacio donde poder desarrollarla será bienvenido.

¿Qué es lo que tiene que tener un buen catering?
​Un buen producto, una buena presentación, un buen equipo de trabajo y un par de tarados haciendo spots caseros.​

¿Cuáles son vuestras principales influencias a la hora de crear vuestros menús?
Los menús son distintos para cada cliente: hemos cocinado platos ingleses, americanos, españoles, vietnamitas, suecos, alemanes… Dependiendo de los valores de la marca, el pueblo de la novia o el plato preferido del director de marketing. Buscamos recetas tradicionales que luego «nos llevamos al huerto». Libros, revistas, internet… Bebemos de muchas fuentes. Nosotros somos autodidactas, eso nos hace estar ​​en un aprendizaje continuo y en un elevado estado de exigencia con nosotros mismos.

¿Hasta qué punto os afecta el hecho de ser unos profesionales en este sector a la hora de elegir un restaurante en el que comer o cenar?
​No nos afecta a la hora de elegir, más bien a la hora de repetir en un sitio. Fer es bastante transigente con el tema, yo no. La comida evidentemente es muy importante, pero también cómo está puesta en el plato o quién te la sirve. Se nota a la legua cuando hay «verdad» en un plato o simplemente un cocinero o un camarero que se limita a cumplir un horario. No me gusta la gente que trabaja en esto que no ama la profesión. Me cuesta asumirlo y no lo perdono.
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¿Qué opináis sobre el boom de lo orgánico y ecológico? ¿Es una tendencia natural o creéis que se trata de una moda?
Tiene algo de tendencia natural y algo de moda. Como todo, el tiempo acabará poniendo las cosas en su sitio.

¿Con quien habéis colaborado últimamente?
Converse, Vogue, Zara Home, Absolut y ahora estamos preparando un evento muy chulo para Jägermeister con recetas elaboradas con los ingredientes de este licor.

Proyectos de futuro:
Queremos seguir creciendo, haciendo cosas que nos llenen, conociendo a gente que nos inspire, seguir aprendiendo… Y, si podemos, ganar un poco de dinero.

Barriendo para casa: algún sitio con «verdad» en Barcelona.
La Carassa, en el Gótico. Un pequeño restaurante especializado en fondues. Estuve por primera vez a los 17 años, vamos, hace 20 y tengo un bonito recuerdo de este lugar. La mejor fondue de Barcelona sin lugar a dudas. Verdad tiene, desde luego.

Lugar favorito en el que perderos:
La plaza del MACBA. Fer, no perdona un par de horas viendo skaters, y yo, tampoco, jejeje

Un sueño…
Tener tiempo libre.

¿Y un secreto?
Estoy enganchada a los McFlurry’s con M&M’s y doble topping de caramelo, no es muy Mojigato no, pero…

//Entrevista por Cecilia Camacho
Fotografía por Juan Carlos H.