Pedro Pina es uno de los productores y djs de techno y electrónica experimental que más hemos escuchado últimamente y que opera en nuestro radio de acción, Barcelona. Tras la publicación en 2014 de “Hum” resume ese año como completito. Ése álbum fue remezclado por artistas del género como The Suicide of Western Culture, Cora Novoa, beGun, Moduleight o Drömnu. A Pina le va (le va le va le vaaa, siempre citando a los clásicos) investigar nuevas fórmulas, texturas, ruidos; es lo que persigue con el proyecto que lleva entre manos con Moduleight, llamado Loppkio, más enfocado a la pista de baile. La pista, la pista… Seguimos la suya en este entramado de idm, techno complejo, glitch y ritmos oscuros. Electrónica, en definitiva, capaz de hacerte vibrar a cada loop, con cada bombo.
Empecemos por el pasado: ¿en qué se diferencian Sloan -alias que utilizabas en los 90, ante la primera eclosión de la electrónica- de Pina?
Sloan estaba muy enfocado al drum’n’bass y algo de elektro. Tenía como punto de partida un estilo en concreto. Como Pina no hay ningún tipo de atadura a ningún estilo en concreto. El punto de partida es la experimentación con el ruido y las bajas frecuencias y a partir de ahí con cada trabajo que he ido publicando se va desarrollando hacia un estilo u otro, ya sea techno, IDM, glitch o lo que esté por venir.
El Festival Sónar decía en su programación de 2014 que “Hum”, editado con el sello Lapsus, era tu “brillante presente”. ¿De dónde viene ese brillo ahora?
Desde luego ese brillo no vendrá de la luminosidad de mis trabajos aunque en comparación con anteriores discos “Hum” pudiera ser algo más accesible. Comenzaron a aparecer unas melodías que, para variar, no busqué pero mira, ya que están ¿por qué no usarlas? Luego está la lectura en clave más “pop” que hicieron muchos artistas para el disco de remezclas que ayudaron a suavizar más el discurso.
A punto de lanzar referencias, cuéntanos. ¿Hay fecha fijada? ¿Nombre de ese nuevo trabajo con Lapsus que saldrá en 2015 firmando como Pina?
Aunque el disco ya está hecho es difícil dar una fecha porque depende de lo que se tarde en planchar el vinilo y tal y como están las cosas la espera desde que se manda el material hasta que finalmente llegan las copias cada vez es más larga. Te puedo contar sobre el disco que el trabajo sobre el que más he conceptualizado hasta la fecha. En este nuevo álbum se ha partido de una serie de ideas previas, con una planificación e ideas claras sobre hacia dónde debería ir. Primero de todo tenía que ser un disco pensado para ser llevado al directo. Otro tema importante es que cada uno de los elementos que conforman el disco pueda combinarse con cualquier otro elemento. Lo que es una tarea bastante titánica, sobre todo cuando se llega a la fase de producción y de mezcla pura y dura. Incluso con la gente de Lapsus fantaseamos con la idea de ver cómo evolucionaba el disco en directo y grabar uno de los últimos lives cuando el ciclo de vida del disco esté a punto de finalizar. ¡Hasta el nombre del álbum ha ido mutando! Me encantaría poder decir cual va a ser el nombre final, pero… todavía puede cambiar.
¿En qué consiste Loppkio, el proyecto que compartes con Moduleight? ¿Qué estáis cocinando?
Con la tontería llevamos casi 3 años haciendo cosas como Loppkio. Teníamos claro que queríamos hacer un proyecto techno, enfocado a la pista y donde la improvisación fuera un motor creativo básico. Las primeras veces que quedamos un poco la cosa iba así. Cada uno iba desarrollando por su lado mientras teníamos el Rec pulsado. Grabábamos improvisaciones de quince o veinte minutos que luego posteriormente íbamos puliendo y recortando hasta acabar con el tema definitivo. Paralelamente, y casi por accidente, tuvimos un par de actuaciones en clave más experimental donde comenzaron a surgir ideas que posteriormente han acabado siendo temas nuevos. A día de hoy, aunque sigue siendo un proyecto de techno, podemos llevar nuestro directo hacia donde nos dé la gana. Es tan maleable que podemos adaptarnos a cualquier situación ya se trate de hacer bailar al personal como en el caso de Moog o bien un festival AV como Trendelenburg, donde todo tiene una dimensión más inversiva gracias al trabajo con Gnomalab, con el que tenemos una excelente química en directo.
Experiencia e investigación continua en nuevos sonidos: ¿esos son los pasos para conseguir álbumes tan logrados como “Hum”?
Totalmente. Sobre todo la mala experiencia, el aprender a hostias. Con la tontería hace ya como 20 años que empecé a hacer música. Experimentar es vital. Ojo, no confundir experimentar con hacer música experimental. Es una cuestión de buscar nuevas maneras, nuevos caminos, territorios donde no has entrado antes y en el fondo, quedarte con lo que más te gusta. Luego se dan fenómenos curiosos como el hecho de que a base de trabajar con ruido y material atonal luego a la hora de, por ejemplo, producir un álbum a artistas como Die-6 o Des Ames Libres te cueste menos llegar al resultado final.
¿Qué nos estamos perdiendo en Barcelona los vulgares mortales que no estamos totalmente al día? ¿Algo muy gordo en algún club en concreto o con algún dj?
Soy muy fan de las noches “The Dark Side of the Moog” en Moog. Sin duda Moog es ahora mismo el sitio donde se cuecen las cosas más interesantes.
¿Qué productores, dj’s, agentes del género, nos recomiendas aquí, ahora?
Ballistic, sello de Delusions donde editaremos en breve un tema como Loppkio confío que en breve se sitúe en el plano internacional. Riesgo y ganas no les falta. También tengo curiosidad por ver como se desarrolla Novak, nuevo sello donde espero ver editados trabajos editados de mis admirados Arcos de Nepal, Caer-bien o Des Ames Libres. Luego por supuesto están Gus Van Sound, David Lostracks y toda la tropa de Moog, capitaneados por Omar, cuyo olfato y ganas de arriesgar está fuera de duda. Y por encima de todos, Ángel Molina, que para todo sigue siendo el DJ de referencia para mí.
Alguna vez hemos hablado de Playmoss en Le Cool (y lo seguiremos haciendo)… Tú estás incluido en ella, en el vinilo de edición especial que han lanzado con su nacimiento. Cuéntanos algo de esta plataforma, ¿qué te parece?
Conocía Playmoss a través de Antonia Folguera, que ya se declaró defensora de Playmoss hace unos meses. A raíz del lanzamiento del vinilo con artistas de aquí, volví a sentir curiosidad por la plataforma y creo que puede ser de lo más útil. Ya no solo por hacer playlist exclusivamente de música, sino también para darles otros tipos de usos. No sé, por ejemplo hacer playlist con documentales o similar.
Y, como es habitual en esta sección: ¿nos desvelas un secreto?
Burial es Batman, pero shhhh…
¿Y un sueño?
Tener un estudio lo suficientemente potente como para poder permitirme una cámara anecoica para poder grabar reverbs ahí dentro.
Entrevista por Alicia G. Núñez.