Me llamo Thaïs Cuadreny, tengo 32 años y soy barcelonesa de pura cepa. No trabajo profesionalmente en medios artísticos y tampoco me considero “artista de ocupación”, ya que nunca me he planteado la posibilidad real de vivir de ello. Desde muy joven he explorado mis inquietudes de forma instintiva y visceral, no puedo evitar ese motor creativo. Muchas veces la triple vida del trabajador/ser social/artista es una carga un poco pesada que llevo con más o menos satisfacción sin esperar dinero como recompensa. Tengo una banda de garaje-post rockera (La quiero viva), hago iustraciones y dibujos, escribo a ratos perdidos y colaboro con algunos artículos sobre arte y cultura en Le Cool. Todo ello en los espacios que mis actividades urbanas, laborales y sociales me permiten. A veces no es tarea sencilla.
¿Cuál es la idea de tus portadas?
Para las portadas pensé en líneas puras y limpias, siendo esto un poco contradictorio con mi estilo, que se caracteriza por la falta de maneras, pulcritud y amabilidad en el trazo y en los temas. No me gusta llegar al cinismo en mis ilustraciones, en el fondo soy una persona basante tierna, por eso aquí me apetecía dibujar algo accesible que mantuviese algunos tintes de lo que hago, como el trazo nervioso y los colores, añadiendo algunas notas críticas hacia es esta amiga/amada ciudad postmoderna.
¿Cómo definirías tu estilo?
Podría definirse como instintivo, repleto de referentes que no sabría enumerar, de trazos fuertes y particulares, algo visceral, preciso ideomáticamente pero carente de técnica o de estructura. El dibujo se me da muy bien desde niña, y al final el bolígrafo de 3 colores es siempre mi mejor amigo. A veces añado toques primitivos de color -lápices alpino de los chinos- para dar un punto llamativo al conjunto.
¿De dónde extraes la inspiración?
La inspiración la extraigo de mis habitaciones cerradas, de las mitologías propias y de las nuevas que me van llegando, de los libros que han formado mi carácter, de los planos fijados en mi retina a través de los años y de multitud de referencias y personas que han quedado impregnadas en mi percepción de las cosas. También en gran parte me inspiro en el mundo que me rodea, en el rápido latido de la ciudad, la soledad urbana y su gente, las cosas que ocurren en entornos hipercontrolados y cuadriculados como capitales de provincias. Me gusta tocar las llagas de esta “avanzada” ciudad mediterránea en la que vivo, cuestiono el ritmo acelerado y ajeno a la naturaleza que practica el hombre moderno. Mi propia contradicción interior es la fascinación por la decadencia urbanita y la necesidad de regresar a un mundo salvaje y natural que me fascina e interesa. Observo las idas y venidas de hombres y mujeres, de mí misma en ciudades sin nombre como ésta, siempre huyendo hacia adelante, siempre replegados hacia lo inmediato y lo material, tal vez para olvidar que somos un ordinario y sencillo habitante más de la tierra.
