Es imposible ir al Flax&Kale y no salir enamorado de allí. De verdad: imposible. Porque ni el más exigente puede sacarle una pega a este encantador y saludable restaurante. Para empezar: el local. Más de 800 metros cuadrados de espacio amplio, de techo altísimo y con estética neoyorkina, iluminado por enormes ventanales desde los que uno puede ver el ir y venir de la gente en el siempre entrañable carrer Tallers. La decoración está cuidada al detalle, creando una imagen de marca bien pulida y convirtiendo la experiencia en algo único, algo muy Flax&Kale, lo que dota al restaurante de un carisma instantáneo. Pero, claro, aquí a lo que se viene es a comer. Y en eso, efectivamente: no decepciona. Hay que tener en cuenta que, viniendo del grupo Teresa Carles, el listón estaba alto. Pues bien: el Flax&Kale es, sin duda, la joya de la corona. Ofrece su particular dieta flexiteriana, una especie de vegetarianismo flexible en el que puede entrar en ocasiones pescado azul. En realidad, lo importante en Flax&Kale es la salud: más allá de imponer límites estrictos, se cuida sobre todo la calidad de los ingredientes y una aportación de nutrientes equilibrada. Así, un 80% de los productos son de origen vegetal y el resto, un 20%, es pescado azul, valioso por su aporte de omega 3. Aun así, la oferta es tremendamente amplia: con hasta seis cartas distintas (desayuno, comida/cena, merienda, weekend brunch, postres y bebidas) y un montón de recetas de lo más originales. Imprescindible, si vas a comer, probar los chips caseros de kale aliñado y deshidratado: marca de la casa. Merece también la pena comenzar con sus tacos vegetarianos, aunque el ceviche de trucha y coco (el coco joven es omnipresente, capricho de Jordi, co-propietario junto a su madre Teresa) es todo un must. Y para entrar en faena tienes pasta, berenjenas al horno, sabrosas recetas de pescado azul o, por ejemplo, la lasaña vegetariana, una auténtica delicia en la que se nota la calidad de la materia prima y el mimo en la preparación. Por supuesto, no podían faltar las hamburguesas vegetarianas, de esas que te hacen desear abandonar la carne para siempre. ¿Y los postres? Todo fantástico, pero especialmente pastel de chocolate dos texturas: se te caerán las lágrimas (de verdad). Aparte, los zumos naturales son especialidad de la casa, con recetas propias ideales contra la gripe, antiresaca, para tomar el sol… ¡cada uno sirve para una cosa! Y además están buenísimos. En definitiva, no podemos seguir porque nos alargaríamos hasta el infinito. Sólo decir que Flax&Kale es uno de esos sitios donde se hacen las cosas bien. Y por eso, amigos, merecen que les queramos.