Chris Marker dijo una vez que si hubiese vivido en un mundo más justo y más tranquilo, se habría podido dedicar a filmar lo que de verdad le gustaba: los gatos y las chicas guapas. Lo cierto es que, a pesar de todo, Marker logró filmar a sus adorados felinos (saltando de tejado en tejado, caminando por las calles, escondiéndose tras las esquinas, en los cementerios o escuchando música plácidamente) y también a unas cuantas chicas guapas (esperando pensativas en un muelle de Orly, en un mercado de Bissau dirigiendo a su cámara una mirada que duraba exactamente lo que dura el fotograma de una película o concentrando en sí mismas todos los misterios de Japón). Y además de eso, filmó también muchas otras cosas que hoy constituyen su amplia y comprometida filmografía. Porque además de sus pasiones más terrenales, Marker nunca le dio la espalda al conflicto, a la militancia política, a la revuelta, a las crisis de nuestro tiempo, a indagar en los recovecos de la memoria, convirtiéndose en uno de los cineastas y ensayistas más grandes de todos los tiempos. Su curiosidad imparable, su lenguaje innovador, irrepetible, sus infinitas aportaciones al cine y al documental probablemente se marcharon con él cuando nos dejó el pasado mes de julio. Pero a los que nos quedamos en este mundo extraño que tan magistralmente supo retratar, aún nos quedan sus fotogramas, y estos días en la Filmoteca, también el ciclo de cine que rinde homenaje a su recuerdo.

Por: María Arranz

Precios: 4€ por sesión

Hora: Del 10 al 18 de Enero

Lugar: Filmoteca de Catalunya, Plaça Salvador Seguí, 1 – 9