Existen las relaciones sentimentales constructivas. Suelen verse poco y casi siempre quedan eclipsadas por las que terminan en descalificaciones y platos rotos, pero las hay, y en algunos casos, llegan a hacer historia, porque la interacción de Pier Paolo Pasolini con la ciudad de Roma es una realidad de las marcadas a fuego, un análisis social dividido en seis apartados que el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona recoge en una muestra auspiciada por importantes fuerzas museológicas europeas. Un análisis de veinticinco años, desde la llegada de Pasolini a Roma hasta el fatídico día de 1975 en el que su cuerpo fue encontrado sin vida cerca de Óstia. Veinticinco años de producción vinculada a la poesía, el cine, la política, el sexo, la amistad y el compromiso social, una obra que quizá tenga nombres propios, pero que, tras Pasolini y la ciudad de Roma, esconde todo un universo de cambios urbanos y sociales extrapolables al resto de Europa. Devoción y desengaño en, probablemente, una de las exhibiciones con más expectativas del año.