Sensibilidad. Los sabios de la RAE deberían dejar de extirpar sin piedad tildes diacríticas y emplear su tiempo a promulgar cambios que sí enriquezcan la lengua: considerar seriamente Sharon Van Etten como sexta acepción de la palabra. Vale, quizá sea una petición excesiva, me gusta exagerar, pero seguidme la corriente mientras leéis estas líneas y tomad a la cantautora americana como ejemplo de sentir, entender lo que uno siente y canalizarlo a través de la música. Are we there?, su último trabajo, es un brillante ejercicio de inteligencia emocional, una propuesta intimista y desgarradora que cuenta con la complicidad de quien lo escucha. Amor, desamor, dudas, inseguridades, decisiones vitales. Es inevitable sentirse identificado con unas canciones que exploran emociones y desnudan sentimientos universales. Los amigos del ciclo Músiques Sensibles lo saben y por ello cuentan con la voz aparentemente frágil de la artista para llenar de calidez e intensidad el espacio Foyer del Liceu. Otro argumento final para reforzar la idea de sensibilidad: el 10% de la recaudación del concierto se destinará a entidades sin ánimo de lucro que trabajan en distintos campos de la acción social.
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