Dice el dicho: “madre sólo hay una”. Así que debería haber sólo una razón para ir a ver Mater, pero yo te voy a dar unas cuantas. Este espectáculo de teatro unipersonal es un parto dramatizado. Mas no sólo en el sentido literal de la palabra, sino en el metafórico, el conceptual, el abstracto, el perenne. Mater es para sentirse madre o padre; madre desde la feminidad, la masculinidad, lo queer, lo indescifrable, lo inetiquetable. Sí, pero sobre todo, es para sentirse más hijo que nunca. Mater es un viaje al pasado, a los recuerdos más recónditos de la infancia, cuando veías a mamá desde abajo y ella era una figura soleada, o a veces nublada, pero era ella, siempre el sol. Mater es un canto al gozo que resulta del dolor, es sentir a pesar de la anestesia, es poder decir madre a pesar de las ausencias. ¿Una razón más para ir a ver Mater? Se realiza en la recién estrenada Sala Hiroshima, una preciosidad de recinto teatral recién abierto en el corazón del Poble Sec.
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