Entrar en Maison des Carrés es en sí un estímulo para la vista y la masa gris que da cuerpo a tu cabeza. Hermès nos invita aquí a jugar, a tocar, ha pensado en todo para que en esta pop up no dejes de esbozar una sonrisa cómplice. Es toda una experiencia sobre la seda, un recorrido que la firma francesa nos propone para acercarnos al colorido buen gusto con el que está diseñado el espacio; en tonos blancos y negros deja paso al protagonismo cromático de los pañuelos y corbatas expuestos. Allí somos como chiquillos ante multitud de estancias entre las que escoger, son quince espacios configurados como un recorrido, donde nos reconocemos: un pequeño Teatro, el Taller, la Habitación de los Chicos, el Tocador… La Hermesmàtic, por ejemplo, es la sala con lavadoras, donde se tiñen los pañuelos en 48 horas -lo que les da una textura dip-dye-. La acción, que seas partícipe, está entre los planes de Hermès: puedes jugar al futbolín, al Pintball, aprender origami o experimentar sobre la combinación de colores en el Laboratorio. Y para rematar el viaje, la experiencia: no olvides pasarte por el Fotomatón. Tus sentidos agradecerán que hayas pisado por un día, en un pasaje paralelo a Paseo de Gracia, tierras galas.