Por lo visto, la rendición de Granada a finales del siglo XV no se debió tanto a la ofensiva del ejército de los reyes católicos, acampado en el real de Santa Fe, como a las luchas intestinas entre dos clanes políticos moros: los abencerrajes y los zegrís. Hay un mecanismo similar que se activa cuando uno escucha la música de Los Planetas: hay una fuerte violencia interna, hay muros blancos que se caen y una rendición servil con llaves de oro. Pero no hay enemigo a las puertas, no hay escalas, picas evidentes, y no sabemos por qué de repente nos ataca esa voz ilegible, nasal, que no se explica, que no se entiende una mierda. Lo repito: es una guerra en un lugar cerrado la que se produce, en el estómago, opacada, pero basta poder seguirla vagamente, intuir la queja, la oscura forma de la voz. Uno podría pensar que esa es la forma como se expresa lo que no se puede decir. O lo que, si se dijera con claridad, se diría estúpidamente. Hoy, que un artículo de El Mundo se pregunta sobre las posibles conexiones del grupo con la conciencia política, cabe decir que el compromiso de la música del grupo de Granada está, antes que nada, en el hecho de ser la voz de una colectividad.
Los Planetas no han inventado nada, pero ahí está su genialidad: más allá de un estilo que obviamente se reconoce como propio, sus letras apelan a nuestros sentimientos más simples pero más difíciles de suscitar. ¿Acaso, cuando Jota le canta, ya en sus primeros discos, a las horas de espera del amante, a la amada esquiva que se separa o no llega, en el filo de la noche, de madrugada, acaso no resuena nuestra larga tradición lírica? La tradición a la que apelan últimamente Los Planetas no se moviliza con la aparición de los primeros palos flamencos, como gracioso contrapunto al muro de sonido noventero, sino que es la evolución formal de un idea que venía ya de lejos. Y que ha ido creciendo desde aquel Super 8 de 1995 a lo largo de veinte años de encontrar, enconadamente, los resortes más difíciles de la emoción. Ojalá Jota siga cantando así de mal mucho más tiempo. / Unai Velasco.
Por: Editora Barcelona
Precios: 25€
Hora: Pájaro Jack (telonero): 20.30h. Los Planetas: 21.30h
Lugar:
We have detected that you are using extensions to block ads. Please support us by disabling these ads blocker.