Cuando te golpean en el oído, sea por accidente o en una pelea, quema y aturde, te deja la mente en blanco. Un puñetazo en el oído puede hacer que tus tímpanos vibren dolorosamente y veas luces y estrellitas acompañadas de un pitido persistente. Ese pitido residual y cierto dolor interno también puede convertirse en una señal de alerta contra la ranciedad. Demasiadas ideas preconcebidas basadas en creencias obsoletas -musicales en este caso- obturan tus (mis) entradas, taponan tus (mis) salidas y oxidan la percepción musical. Contra el desgaste del tiempo, la fuerza de la novedad Dulce pájara de juventud, novísima esperanza del pop/post rock no comercial, despliegan su fuerza y se unen al Cooncert de Motorama para ofrecernos una bocanada de aire fresco y de calidad. Si los rusos firmaron dos de los discos post-punk más personales, equilibrados e interesantes de los últimos años, Dulce Pájara de Juventud abandera la sangre buena y nueva que llega levantando el polvo sobre el panorama local. La música se mueve y debemos estar atentos a sus pistas sonoras para abandonar viejas ideas y cuidarnos del ‘oído cínico’ y el ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’. Contra la flacidez de tímpanos, renovación generacional. Que el tiempo no es siempre un grado y vayan oigan, ignoren este artículo y déjense llevar con la mente en blanco.
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