Fans de JSBX, hermanos todos: congratulémonos. Si esta banda de cincuentones fuera normal, ya se habría separado, pasado a las baladas o, ¡peor!, recortado las greñas en pos de un look más actual. Pero como es extraordinaria, todo sigue igual para el trío de Nueva York: Jon sigue emitiendo chirridos como un coche a punto de descarrilar, gritando “Blues Explosion” en uno de cada tres versos, clavando su rodilla derecha en el suelo cada final de estrofa, y mirando al respetable como si urgiera rescatarle de un manicomio en el que le metieron por error. Y, eh, tengo tres pruebas de que no se arrastran cubriendo mínimos: una, el disco nuevo se encuentra entre los mejores de su carrera; dos, se han vuelto a disfrazar de mujeres en un videoclip (ved si esto no es entrega); tres, todavía se van de fiesta después de los bolos. El año pasado, después del concierto en el Apolo, vi a Russell Simins en el Phsyco, me acerqué a felicitarle y me dijo “thank you” unas siete veces con toda su energía puesta en seguir de pie. En fin, que cuando algo es único y excelente, la mejor noticia que se puede tener es que todo sigue igual.
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