Los cuentos, esas fábulas que nos endulzan la realidad de tal manera que las moralejas que nos da la vida son un poco más fáciles de tragar. De pequeños, nos los creemos a pies juntillas y era maravilloso. En nuestro universo existían sirenas y dioses, animales que hablan y los finales siempre son felices. Siempre. Da igual lo maquiavélico que sea el villano de turno. Siempre tiene su merecido. ¿Os acordáis de la Caperucita Roja? Charles Perrault creó la que se convertiría en la metáfora universal y atemporal del “no confíes en extraños”. Y aunque se ha reinterpretado mil veces, el mensaje sigue vigente hoy en día. Lobos hay en todas partes, y Caperucitas, también. Quizás, cambiando la clásica capa con capucha roja por un chandal adidas. Al menos, así la imagina la compañía Divergences, que estrena Le Petit Chaperon Rouge este viernes en Hiroshima, su versión actualizada y conceptual de la dulce niña que solo quería charlar con su abuelita. Aquí, el cuento se despoja de artificios como vestuario e iluminación, y transmite su mensaje de una forma orgánica. Una coreografía narrativa en la que menos es más y la intensidad reside en el expresionismo de la forma. Puede que como adultos hayamos perdido gran parte de la inocencia, pero siempre queda un resquicio, muy dentro, al que agarrase. Y algo en lo que creer.
Por: Antonella Sonza
Precios: 13€. Precio menores 18 años: 8€
Hora: Del 18 al 20 de diciembre
Lugar: Sala Hiroshima, Vilà I Vilà, 67