Dogrel (Partisan Records, 2019) fue una explosión que nos pilló a muchos por sorpresa. Desde la vibrante escena independiente de Dublín sobresalieron en 2019 Fontaines D.C., con su debut lleno de himnos punk y letras imponentes sobre la capital irlandesa, la realidad de una generación que vive en la incertidumbre constante y las ansias de hacer algo trascendente.
El impacto de Dogrel ha catapultado el grupo a giras constantes y al reconocimiento del público, de la crítica y de otros músicos. Entre ellos, Núria Graham, que los definió como uno de sus grupos favoritos del momento en la charla que mantuvimos con ella a principios de año.
Sin embargo, este éxito llevó a los componentes del grupo a convertirse, según ellos mismos, “en una vela que se quema por los dos extremos”. Los Fontaines D.C. de Dogrel ya no existen. En cierto modo, A Hero’s Death (lanzado el pasado 31 de julio también por Partisan Records) es un nuevo inicio para la banda, que lleva su sonido hacia un post-punk más oscuro y pesado, por momentos opresivo, pero también abierto a melodías más etéreas.
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Las letras de Grian Chatten, cantante y compositor principal, giran hacia la introspección. En ellas se pueden encontrar los efectos de una gira agotadora, de un éxito que puede comprometer los principios del grupo y, sobre todo, las reflexiones sobre el sentido de la existencia, la soledad y el paso del tiempo.
El gran ejemplo es el primer single, lanzado en mayo y que da título al LP. Siguiendo el mantra “Life ain’t always empty “, Chatten recopila una especie de decálogo al más puro estilo Choose life de Trainspotting mientras el resto de la banda hace unos coros que acompañan, de forma irónica, las afirmaciones del cantante.
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La fórmula de la repetición es constante en el disco, que redondea su atmósfera oscura. Sin embargo, también hay momentos luminosos, como la preciosa No que sirve de despedida: un canto a valorar lo que tenemos en lugar de recrearnos en el dolor.
Además de los otros dos potentes singles de adelanto, el anti-himno I Don’t Belong, (una confrontación directa a Big, uno de sus singles más conocidos) y Televised Mind, o la mencionada No, destacan A Lucid Dream (una de las letras más emocionantes del grupo) y la delicada Oh Such a Spring. Esta última, con ecos de las baladas ensoñadoras de Beach House.
Pero esta no es la única referencia que puede sorprender, ya que ellos mismos han reconocido una cierta influencia de The Beach Boys en sus viajes por Estados Unidos. Sunny es quizá la muestra más patente: con una instrumentación sencilla que termina de redondear unas cuidadas melodías vocales, el grupo plasma la incomprensión de lo sucedido tras el lanzamiento de Dogrel. “Where I was, I can’t tell”.
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A Hero’s Death es un disco que explorar y cuyas letras es recomendable escuchar con calma. Nada es casual: es una obra pensada al milímetro. Tanto, que el grupo desechó una primera versión por completo grabada en Los Ángeles para capturar su verdadera esencia en vivo junto a Dan Carey en Londres, como el primer LP. La portada, por su parte, es una escultura de Cú Chulainn, uno de los grandes héroes de la mitología irlandesa que murió combatiendo solo, pero en pie. Para ello, no dudó en atarse, ya herido de muerte, a una roca que no lo dejara caer.
A Hero’s Death es, en palabras de Grian Chatten, un disco grabado para recordarse a sí mismos “que seguimos aquí, seguimos vivos y seguimos siendo individuos”. ¿Puede haber un mensaje más potente y que resuene más este 2020?
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