Doce relatos cortos, auténticos y genuinos, de una mujer que sintió nostalgia de sus orígenes: Tierra vencida fue el primer libro de Ann Pancake (Romney, West Virginia) publicado en 1998. Ganadora del Katharine Bakeless Nason Fiction Award. Un conjunto de historias que teje alrededor de los Apalaches en un espectro lleno de dificultades, pero donde evita caer en las trampas comunes de los campesinos, la ignorancia y la indigencia. Estas historias son un puñetazo en el estómago, golpean fuerte y dejan su huella. Escribir es hacer memoria, reconstruir, traer de vuelta aquellas vivencias, aquellas visiones, esa mezcla desigual entre cosas bellas y atroces, el dibujo aproximado de lo que que significa la naturaleza humana. Lo que somos y lo que no podemos dejar de ser.
Sus historias son oscuras, sombrías y en su mayor parte carentes de esperanza. Te das cuenta de que ella escribe por amor a la gente de Virginia Occidental, su gente, y escribe para arrojar luz sobre la explotación de la tierra y la gente de allí. Fomenta una mejor comprensión de las consecuencias efímeras. A pesar de sus emociones y acicates, es aventurera con su prosa, y sus personajes son atrayentes a la vez que grotescos.
Tierra vencida parece buscar la verdad, un descubrimiento de las realidades más duras de la vida, un medio de dejarlas al descubierto, a la luz, para que todos podamos aprender de ellas. Ella usa un dialecto común en muchas partes rurales de Virginia Occidental de una manera que es a la inversa áspera y poética, pero no obstante es fiel a lo que conoce: veinticuatro años de vivencia en esas mismas montañas. Cada historia de esta colección hipnotiza, requiere de varias lecturas, por eso esta reseña la dejé reposar el tiempo suficiente. La tierra duele y el regreso a casa también. Adictivo.
Traducción: Javier Lucini
Editorial: Dirty Works