Soy Marta Zafra y soy ilustradora. Me dedico a esto desde hace ya bastantes años y trabajo habitualmente para estudios de diseño, agencias de publicidad y algún que otro periódico. Prácticamente, dedico las 24 horas del día al mundo del arte y el dibujo.
¿Cómo se te ocurrió la idea del proyecto “Me mato por un retrato“? ¿Nos cuentas en qué consiste?
La idea surgió hablando con mi chico, que me preguntó qué pasaría si algún particular me encargara un retrato, qué precio pondría o cómo establecería la forma de pago. Todo esto me llevó a reflexionar porque, por un lado, estaba mi necesidad de empezar a hacer retratos de otra gente (que no fueran mi familia, mis amigos y conocidos) y, por otro, el hacer algo con un alcance más global que el trabajo que me suelen encargar los clientes. Además, tenía ganas de hacer una propuesta abierta que fuese accesible a todo el mundo. Me apetecía que la gente pudiese participar y que fuese algo accesible a todo el mundo, y así fue como surgió la idea de utilizar el trueque como forma de pago.
¿Por qué has preferido intercambiar los retratos por algo que no sea dinero?
Para mí este proyecto es algo con lo que disfruto; dibujar es mi trabajo, pero también es en lo que ocupo mi tiempo libre, así que no quería cobrar por hacer algo que me gusta y que además lo hago como un proyecto personal. Así que por eso decidí que el trueque funcionaría bien, porque era como un juego: la gente podría participar y, además, yo podía recibir a cambio cosas que la gente quisiera ofrecerme, cosas que yo quisiera o necesitara. Todo esto formará parte de un libro en un futuro y una de las ideas que tengo en la cabeza es que, junto al retrato de cada persona, aparezca lo que esa persona ha ofrecido a cambio.
¿Y cómo reacciona la gente?
Hay muchos a los que no se les ocurre qué ofrecer, un poco por pudor o porque no saben cuáles son mis expectativas. Por eso, si a alguien realmente no se le ocurre nada, puede ofrecer dinero a cambio, aunque yo preferiría que no lo hicieran, porque se asemejaría demasiado a mi trabajo cotidiano.
¿Es una propuesta con fecha de caducidad?
No, es un proyecto a largo plazo. Pararé cuando me sienta satisfecha.
¿Has recibido ya alguna propuesta de trueque? ¿Cuál ha sido la más curiosa hasta la fecha?
No hace mucho que colgué la convocatoria, pero sí que me han empezado a llegar cosas ya. Y ya he hecho el primer retrato, de un chico que me ofreció varias posibilidades, y al final lo hice a cambio de dos entradas para cualquier concierto al que quiera ir. Aunque también me había ofrecido clases de guitarra, una guitarra eléctrica o una sesión de DJ para una fiesta. Otra propuesta curiosa que me han hecho es regalarme cava (esta la estoy negociando, jajaja) o una cámara Harinezumi. Hay artistas que me han ofrecido hacer un intercambio de obras, gente que me ha invitado a cenar… La verdad es que yo prefiero que sean cosas útiles, como actividades o viajes. Quede claro que estoy abierta a cualquier propuesta, que no tiene que ser algo pensado para compensar el trabajo. Animo a la gente a que proponga, y luego por mail ya podemos ir negociando y cerrando los detalles, ¡pero que no tengan miedo ni vergüenza!
¿Qué es lo que más te gusta de retratar personas?
Me fascina desde muy pequeña. El retrato, casi como la fotografía, tiene ese poder de capturar un instante. Me encanta deleitarme con los rasgos de la gente que retrato… Trabajo siempre con lápiz, de forma lenta, para mí es algo muy sensorial. Y el hecho de que del papel en blanco, de repente aparezca un personaje que tiene una vida propia, pero que tú has sido capaz de congelar en un dibujo, me parece fascinante.
¿Y prefieres retratar a conocidos o a desconocidos?
Siempre suelo retratar a gente conocida porque son los que tengo más a mano; por eso, uno de los retos de este proyecto es el hecho de ir un poco más allá a la hora de retratar. Cuando conoces a la persona, siempre tienes algo más de información a la hora de retratarla. Sin embargo, con alguien desconocido, verdaderamente es un reto. Soy muy curiosa y me parece muy guay tener el honor de dibujar a alguien que no conoces de nada.
Si el artista que más te gusta te hiciera una propuesta como la tuya, ¿qué le ofrecerías a cambio de que te retratara?
Creo que le propondría varias cosas: un viaje, un fin de semana en mi casa (y si está cerca, incluso le pagaría el billete de avión), una visita guiada por algún lugar que quiera conocer, trabajar para él ayudándole en algo que necesite o enseñarle a hacer alguna cosa (por ejemplo, si tienes hijos podría darles clases de dibujo), un intercambio de obras… ¡Hay muchas posibilidades!
¿Nos cuentas un sueño?
De este proyecto en concreto, que mucha gente responda a la propuesta y poder editar un libro con todos los retratos. En general, me encanta tener mis ilustraciones en formato libro.
¿Y un secreto?
Que afilo los lápices de forma un poco extrema, como si fueran una herramienta de precisión.