Los amantes de la buena gastronomía en general, y de los maridajes especiales en particular, estamos acostumbrados a estar en búsqueda continua de eventos que nos sacien los cinco sentidos. Y claro, lo habitual es aprender a combinar la cena con una buena selección de vinos. Sin embargo, las Cenas Gastronómicas de Alhambra Reserva 1925 con Nacho Manzano nos proponían darle una vuelta de tuerca al maridaje convencional y componer, a base de creatividad y detalles de lujo, una cena pop up inolvidable.
Así que tuvimos la fortuna de asistir a tan exquisito evento, organizado en el restaurante Lando y con una premisa clara: crear una experiencia única y sin miedo a experimentar. Dos días y un número de plazas selectas para un menú fijo de 49€. De la mano de la deliciosa cerveza granadina Alhambra Reserva 1925 nace esta idea en la que se acompaña la exquisita fusión de las creaciones más conocidas de Nacho Manzano con la cocina de Lando (con Helena Carbó a la cabeza). Para aquellos que no terminen de ubicarse, decir de Nacho Manzano que es el chef de dos gigantes de la gastronomía asturiana: Casa Marcial (con dos estrellas Michelin) en Arriondas y La Salgar (con una estrella Michelin) en Gijón.
El menú de este espectacular evento supo jugar a la perfección con nuestros paladares, nuestros ojos y nuestro olfato. La sorpresa estaba servida en bandeja. Un recorrido por lo mejor del mediterráneo en el que la composición de carnes y pescados nos dejó extasiados. A destacar una cap i pota redescubierta a través de diferentes salsas y matices. Exquisitas las croquetas de jamón (un clásico que nunca falla) e imprescindible la ensalada de merluza al pil pil y boas secas. Broche de oro con un postre de melocotón al vino, galleta especiada y helado de apio que parecía una verdadera obra de arte. A todo ello se le unen pequeñas pistas que nos proponen un viaje extraordinario hacia la tradición de la cocina catalana con un jugoso calçot en salsa romesco; pero también la carta escondida en la manga del buen mago: un plato sorpresa a base de un jugo con matices que maridan con la Alhambra Reserva 1925. En él fuimos capaces de percibir desde las notas ácidas del agua de tomate y la manzana granny smith, al matiz picante de la guindilla roja thailandesa, pasando por el ahumado del queso Idiazábal.
Y si no pudiste asistir esta vez, no te preocupes: habrá más oportunidades. Eso sí, la próxima estará ubicada en un restaurante de Madrid. Aunque estamos seguros de que en Barcelona habrá más. ¿Y aún mejor? Lo descubriremos.