Duele esta voluntad de proporcionarle a la vida
dimensiones, cuando la vida consiste precisamente en esas
dimensiones.
Somos criaturas, así que caminamos y hablamos
(…)
(John Ashbery. Galeones de abril)
Igual el lenguaje era algo vaporoso que se contagiaba a través del sonido, de las bocas, de los cuerpos. Igual el lenguaje era eso que transportábamos desde la raíz a otras playas o a otras catedrales sin darnos cuenta. Porque el lenguaje era un baile, un abrazo, una carta. El lenguaje era eso que moldeábamos a nuestro antojo sin importarnos lo que dijeran (¿o lenguajaran?) los demás. Y que a más lenguas, más riqueza. Y que no entramos en las guerras de otros porque tratamos las palabras con cariño. Porque disfrutamos eligiéndolas delicadamente antes de enviarlas. Porque disfrutamos aprendiendo, también desaprendiendo: haciendo grandes y difusas nuestras fronteras.
Desarmamos los límites, cobijamos a los recién llegados en nuestras palabras, en nuestro camino, en esa danza, dice Laura y todo el equipo de Le Cool Barcelona.
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Portada de Nakchidil M. Chaumont
