Una de las grandes ventajas de la crisis económica es que ha puesto fin al pelotazo, dejando que los residentes del centro, cansados de los contenedores de basura rebosantes, conviertan los solares vacíos en vertederos. Eso, hasta un grupo de vecinos del Raval privó a su barrio del querido basurero y lo convirtieron en un huerto urbano. Ahora, un año después, han conseguido sacar una gran parte de las rocas y latas de cerveza y gracias a su producción de compost hasta consiguen que algo crezca. L’Hort del Xino está abierto a todo él que quiera cultivar sus propios tomates, distraerse con trabajo físico o desechar su basura orgánica donde sabe que se va a reciclar seguro. Simplemente pásate un domingo por la tarde, charla con ellos, y con algo se suerte te irás con una llave en el bolsillo./ Kati
