Si Colometa de Rodoreda levantara la cabeza, ¿reconocería su Plaça del Diamant? Algo parecido le pasa a mi iaia, que jura no reconocer las calles de su Sarrià de adolescencia o las plazas de Les Corts donde paseaba su amor -de aquella época, como ella dice- con sus apuestos pretendientes… Modernización, diréis. No lo niego, eso es evidente. Pero no es al proceso de evolución natural al que me refiero, sino al arma de doble filo que es la hipsterización. El Fragments, en la Plaza Concòrdia de Les Corts, era terraza al uso y punto de reunión para la birra de los naturales del barrio. Un cobijo con reminiscencias del pueblo, camuflado tras la muralla mainstream de la Illa. Ingredientes que, paradójicamente a día de hoy, le otorgan un perfil apto para convertirse en hotspot digno de un rincón en la calle Parlament. Su cocina es exquisita, con una selección de tapas que combinan las clásicas bravas (ojito Tomás…) con otras más experimentadas, como risotto de setas y queso en piedra con olivada. Tampoco se dejan en el tintero el clásico (¡y moderno a la vez!) vermut dominguero ni el indispensable Bloody Mary… ¿Veis lo que yo veo? Dejamos atrás las cañas a un euro para dar la la bienvenida a cocktails, carrot cakes y colas de gente en medio de la plaza observadas por la estanquera de toda la vida que mira desconcertada a tanto joven bebiendo algo con un apio sobresaliendo del vaso. ¿Hipsterización? ¿Moda pasajera? ¿Boom del negocio? Lo dicho, sea como sea intentaremos aunar ambos mundos para seguir llevando a la iaia. Ella con su vermut, y yo… Pues también.
