Cuando un nuevo restaurante abre en Gracia es difícil emocionarse. Seguramente estará bien, seguramente iré, pero seguramente no será muy distinto de los que ya existen en la zona. Por eso me sorprendió, después de 24 años de vivir en el barrio, que al pasar por delante del nuevo Bar But me ilusionara. Ya desde fuera puede verse que tiene algo, y ese algo siempre es bienvenido, por muchas opciones que haya disponibles en los alrededores. Decidí tomarme un café, bien hecho, pero lo que me llamó especialmente la atención fue el ambiente del lugar, con personalidad pero sin ser invasivo, perfecto para leer tranquilamente o para una cita informal disfrutando del espacio hecho a base de madera acogedora, lámparas bien diseñadas -fotos de untitledBCN– y material de lectura como Tapas Magazine. Al cabo de unos días fui a comprobar si los platos estaban tan bien como la decoración del restaurante y me encontré con el menú de mediodía. Dos primeros (ensalada de judías blancas y crema de espinacas, ambos incluidos), dos segundos a elegir (ceviche de salmón en mi caso), dos postres también a elegir (yoghurt con mermelada casera o naranja con miel) y bebida por 15€. Todo delicioso aunque no podría haber comido ni una miga más. Eso sí, me quedé con ganas de probar platos como el cheesecake con mermelada de tomate o el mollete de cerdo con col y mayonesa de kimchi. Sobran las excusas para volver.