Hay gente que habla de fútbol, coches o política, Carlos habla de bocadillos. Al propietario del Bar Centro se le iluminan los ojos cuando habla de sus bocadillos artesanos. Todo hecho en casa, todo de primera. Después del primer mordisco a su sandwich de pulled-pork es fácil entender el cariño de su voz cuando habla de algo tan humilde. Reducción de cerveza porter artesana, pepinillos encurtidos en casa, o un carnicero que ha dado en el clavo en la proporción exacta de cerdo y ternera en los 180 gramos de sus hamburguesas. Cada uno de sus bocadillos está meditado con mimo. El resultado vale la pena. La nueva carta incluye una hamburguesa Saisson con setas, o un pulled-pork “acevichado” que es una maravilla. La Americana con salsa barbacoa casera y bacon crujiente, o la Centro rebosando de queso de cabra son bestiales. Aunque no te dejes el bocadillo de roast beef con pan de cereales o la Veggie casera con masa de garbanzos. En breve incluirán un bocadillo especial cada semana, para mantener caliente la adicción a los buenos sandwiches. Detrás de la barra siempre está Débora, controlando que todo esté bien, y que a nadie le falte una caña de cerveza. Tienen un programa con cuatro tiradores, todos con cervezas artesanas, mitad catalanas, mitad de fuera. A veces cuesta encontrar restaurantes que focalicen la pasión dentro del plato, y no en interiorismo o en conceptos que no entienden ni ellos mismos. Y por cómo está durante las comidas, la gente aprecia la apuesta del Bar Centro por hacer bien algo tan humilde. Cada mediodía se llena por el menú -casero, con influencia italiana y de cocina internacional-, aunque las hamburguesas salen de la cocina todo el rato. Si estás por la zona, no dejes escapar este modesto gran descubrimiento de la calle Casp.