Los callos del Plata merecen una visita a este pequeño bistró de barrio y sin carta del que todo el mundo está hablando. Los hermanos Mario -sala- y Víctor García -cocina-, con apenas 33 años, quieren popularizar el recetario más tradicional y ponerlo al alcance de todos los públicos. Cada mañana Víctor crea el menú con producto de temporada, y si vuelves al cabo de una semana puede que no se repita ningún plato (excepto los callos, ya famosos en el restaurante que tenía su abuela en Teruel y un fijo de la casa). Una cena en el Plata puede incluir pichón con acelgas y foie, envuelto de hoja de col con perdiz, ceps con praliné de piñones, o liebre a la royale. Platos extinguidos de la mayoría de cartas de la ciudad y que en el Plata no sólo bordan en su minúscula cocina, sino que apenas rondan los 10€-15€ de media. Mario se encarga que el ambiente en sala sea desenfadado, cercano y atento, y siempre tiene una buena recomendación de vinos para tu comida. Los domingos organizan La Grande Bouffe donde previa reserva y para grupos cerrados, Víctor prepara un gran banquete con piezas enteras de animal, vegetal o pescado mientras proyecta el film de Marco Ferreri. Abierto siete días a la semana, y con este mix único de bar de barrio y cocina de altura, el Plata promete dar mucha guerra en Sant Antoni.