Nuestro corresponsal en el vacío
El nuevo libro de Dimitri Verhulst no es realmente una historia, con un principio y un final; más bien es una ilustración de momentos de desesperación en la vida del escritor y ser humano. Diarios sin fecha, un libro lleno de amores que se pierden, drogas y mucho alcohol. El personaje principal bebe hasta morir en cada oportunidad. Las historias están ambientadas en diferentes momentos y diferentes lugares (Gante, Los Ángeles, Francia, Toronto), pero el alcohol juega un papel colosal en todas partes.
En estos diarios sin fecha, Verhulst escribe sobre cómo la soledad es más dolida en compañía de los demás, o cómo se puede prevenir de manera efectiva entablando amistad con el dolor, cada palabra está llena de verdad y pena, sin embargo, hay espacio para juegos de palabras y frases encantadas. Su honestidad conmueve, hay que tener cojones para publicar este libro. También tiene sus momentos de reír a carcajadas, varias veces, con sus frases hilarantes y trágicas.
Nuestro corresponsal en el vacío es una novela sobre la evasión y la huida, hasta convertirse en un diario, el diario de una fatalidad, parece. Esta novela no describe la causa, sino el efecto. Y el resultado es un episodio decididamente autodestructivo en la vida del escritor, mezclado con alcohol, drogas y sexo. La casualidad no existe, dicen. La prosa de Dimitri Verhulst está desnuda, es áspera, y huele a desesperación. Pero no está cargada de orgullo ni de superioridad, sino que destruye todo lo que le rodea apuntando desde abajo, desde el convencimiento de que si ha llegado hasta allí ha sido solo por sus malas decisiones. Desde el vacío, Verhulst escribe una crónica del viaje a los infiernos. La confesión sincera de un ser humano sobre la oscuridad dentro de sí. Un placer inmenso haberlo leído, ¡qué libro tan honesto!
Traducción: Catalina Ginard
Editorial: Bunker Books
