Las misas de difuntos, los ruegos por los que acaban de morir o el recuerdo y la plegaria por sus almas se transforman aquí en bacanal, orgía, religión pagana. Los muertos vienen a recordarnos la belleza, aquí se reflexiona sobre la vida de la danza, sobre el esplendor de la muerte. Un espectáculo éste, Rèquiem nocturn, que vuelve al Mercat de les Flors como vuelven los grandes hallazgos, porque son necesarios, y pueden. En el que su creador, Pere Gay Faura, (se) despide (de) todas las danzas decrépitas con el ánimo de dejarlas donde deben estar, en el pasado. Un reparto multigeneracional y multidisciplinar hace el todo, el resto, con nueve bailarines, un actor y dos músicos. Son quienes se encargan de interpretar una banda sonora inédita para hacer del escenario una orgía, lo que es. Faura ejecuta todo ello a través de un universo como es el de Bob Fosse, director de cine y coreógrafo, especializado en estas lides de lo mortuorio. La calaca, la calavera, nos la enseña con los dientes, haciéndonos reír, recordándonos que, a lo Liza Minelli, “la vida es un cabaret” de purpurina y rituales sagrados que se crean en contextos paganos, terrenales.
Puedes asomarte a este ritual festivo del 25 al 27 de mayo en el Mercat de les Flors, ser con su reparto infiel y hereje en este ceremonia de la defunción y la caída. Resurrección y baile hasta lo sensorial. Veámonos allí.
