Tristeza. Indignación. Respeto. Admiración. Humildad. Pocas exposiciones consiguen desencadenar en nosotros emociones tan diversas y contradictorias a la vez, pero la World Press Photo es sin duda una de estas. Porque al doblar la esquina pasamos de la inocente belleza de un paisaje a la crudeza de un retrato. Y este año no faltará a la cita el “Material sensible” que nos presentarán los fotógrafos ganadores de este prestigioso premio internacional de fotoperiodismo. La fotografía es un arte, el fotoperiodismo es un derecho. Derecho a informar, a concienciar y a enfrentarnos a una realidad que a veces desconocemos u olvidamos. Sin duda, la fotografía documental es uno de los pocos medios de comunicación honestos y transparentes en el cual aún podemos confiar, porque sus objetivos no distorsionan la realidad. Ahora que nuestras vidas nos parecen a todos tan complicadas, aprovechemos la ocasión para mirar estas instantáneas de un modo diferente. No para intentar consolarnos con un “hay gente que vive peor que nosotros”, sino para recordar la importancia de los valores humanos: la familia, la amistad, el altruismo, pero también la posibilidad de la libre elección y la necesidad de luchar por nuestro bienestar. Más que una exposición de fotos, se trata de una muestra de humanidad que no nos dejará de piedra.

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