Si Godard sólo necesitaba una chica y una pistola para hacer una película, hay que ver cómo se apaña Carles Marques-Marcet con una pareja y dos ordenadores. En su ópera prima, “10.000 km”, el director catalán no necesita más para contar la historia de una pareja súbitamente separada por la distancia (ella se va a Los Ángeles, él se queda en Barcelona) justo cuando están intentando tener un hijo. Tras un largo plano secuencia de su intimidad, la narrativa se sostiene únicamente en su comunicación virtual – y funciona. Las interpretaciones son sentidas y veraces, y el guión brilla por su gracia, inteligencia y, como no, por su actualidad: la escena del stalkeo en Facebook y la del e-mail reescrito innumerables veces resultan simplemente hilarantes, así como las peleas por Skype y hasta el double-check de Whatsapp sin contestar van a romper más de un corazón desavisado. “10.000 km” triunfó en el pasado Festival de Málaga y clausuró con ovaciones la última edición del D’A, pero si no pudiste estar allí, no tendrás que esperar más: la película española del momento ya está en las pantallas de Barcelona.
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