A Place to Bury Strangers
Por fin, el martes de esta semana, se ha ido el sol y su puto verano. Sí, los amantes de la oscuridad y de las neblinas estamos de plácemes no solo porque otra vez podemos calzarnos las botas sino por la tenebrosa visita de A Place to Bury Strangers. La noche no puede ser más propicia: un 31 de octubre, fecha mágica no solo en EEUU, sino en muchas sociedades ancestrales. Ruidosos ellos desde sus inicios, comparados con Jesus & Mary Chain por ese motivo (quienes a su vez eran relacionados con la neoyorquina Velvet Underground), todo terminaba quedando en familia: los chicos de la fosa común son oriundos de la Gran Manzana (coincidentemente ahora de luto, como bien se sabe). Igual es injusto hablar de una sola influencia en ellos, pues los rastros de The Cure (Keep Slipping Away) o My Bloody Valentine (Don’t Think Lover), entre otros legendarios grupos pueden ser deliciosamente rastreados en ellos. Por supuesto, más injusto aún es no reconocerles originalidad en los platos que terminan cocinando con tan buenos ingredientes. Tonight is the night! / Francisco Estrada
