He estado dando muchas vueltas a la manera de escribir esta reseña: haciendo una cronología desde la irrupción (explosión) en abril de Alcalá Norte con su debut, centrarme en el momento en que mi pareja me habló de ellxs y me decía que le gustaba mucho el rollo oscuro ochentero, en la primera vez que los vimos en la VOL (y Álvaro Rivas apareció como una persona tremendamente educada, culta y un gran frontman) o en el segundo concierto en Terrassa con cada vez más público entregado. O, por qué no, un artículo meta en el que comentar la primera reseña que escribí sobre ellos.
Pero creo que voy a hacer algo mucho más sencillo: si no has visto aún a Alcalá Norte y, sobre todo, no entiendes el fenómeno alrededor de ellos, tienes que ir al concierto en Razz 1 de este miércoles. Porque tienen un directo abrasador. Porque su disco de debut se quedará instalado en la escena estatal como un momento clave del renacimiento de las guitarras. Porque son 6 chavalxs (7 con su gran aliado René Dharmacide) que han creído en un proyecto basado en la música y la amistad y están gestionando el éxito de forma envidiable. Porque tienen un puñado de canciones incontestable. Y porque bandas y casos como el de Alcalá Norte son excepcionales. (Motivo extra: abren la noche Los Yolos, ¡muchas ganas de verlos en vivo!)
Para que te hagas una idea, si no los has seguido, han pasado de tocar en la VOL con todo vendido a agotar las entradas en Razzmatazz 2 y tener que pasar a la sala 1. Y eso está a la altura de muy poquitos grupos. El jueves habrá que trabajar, pero el miércoles por la noche elige vivir La vida cañón (o pedir un pisito en La Calle Elfo, que si no se enfada el Admin).