Al igual que, ideológicamente, la mentira es todo aquello que no es verdad, en el plano sentimental, la individualidad es todo aquel estado que no se rige por las reglas del grupo. Cuando el grupo ejerce fuerza sobre los individuos, etiquetas estigmatizadoras como la soltería cubren a la persona singular con la intención de, o bien devolverla al redil, o bien alejarla definitivamente. Alejandro Curiel explora esta ambigua realidad en la obra que presenta en la sala Hiroshima: All by myself, el proyecto resultante de su residencia en la propia sala. Le asisten en la introspección los miembros de su compañía, Buena Bella Dulce, y unas ganas de explorar las inquietudes de su generación, de las encrucijadas que constituyen el amor, la muerte y el dinero cuando has superado las tres décadas de vida. El recuerdo como herramienta escénica, el descubrimiento paleontológico como metáfora, la soledad como síndrome dual que fortalece o debilita hasta destruirte.
Por: Bill Jiménez
Precios: 13€
Hora: Vie. y sáb. a las 21h, dom. a las 20h
Lugar: Sala Hiroshima, Vilà I Vilà, 67
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