Como nosotros, las moscas se sienten el centro del mundo. Esto no lo he dicho yo, sino Nietzsche. Es más: las moscas son los únicos animales que leen el periódico. Tampoco lo he deducido yo, sino Ramón Gómez de la Serna. Hay moscófilos melancólicos y luego está Marguerite Duras, que no ha podido olvidar a una mosca que murió hace veinte años a las tres y veinte de la tarde. Los hay también cultivados, como Jorge Luis Borges, quien descubrió en una enciclopedia china una original clasificación de animales: “embalsamados”, “que se agitan como locos”, “que acaban de romper un jarrón” y, evidentemente, los “que de lejos parecen moscas”. Total, que quien no está loco, está chiflado, y el Xcèntric va a liarla hoy con una muestra de películas de João Maria Gusmão y Pedro Paiva dedicada a la abisología, “una ciencia transitoria de lo indiscernible”. Con ralentíes y superposiciones, el dúo de artistas transforma fenómenos visuales particulares en inventarios filmados (y mudos) sobre la naturaleza y la óptica. En una palabra, cortometrajes muy insólitos. O, como dijo Bukowski acerca de las moscas, “furiosos pedacitos de vida”.
We have detected that you are using extensions to block ads. Please support us by disabling these ads blocker.