Un salto al vacío a cámara lenta o un remolino en las calles de otoño. Tal vez la neblina que, de madrugada, da paso a un amanecer rojizo. ¿Has escuchado Beach House? Entonces sabes de lo que hablo. Estos (y muchos más) son los escenarios a los que nos transporta su música. A estas alturas sobra decir que los de Baltimore son mucho más que un grupo indie. Llevan más de diez años obsequiándonos con álbumes de una calidad exquisita, repletos de canciones que nos rompen el corazón a la vez que nos sirven de antídoto para el desamor. Sí, señores, Beach House son los reyes del dream pop.
Tras publicar dos discos casi simultáneamente en 2015, Depression Cherry y Thank Your Lucky Stars, Victoria Legrand y Alex Scally lanzaron en 2017 un recopilatorio de caras B y rarezas que les sirvió para “hacer limpieza de armario”, como ellos mismos dicen, y afrontar un nuevo proceso creativo. Un año después, han dado luz a 7, el que tal vez sea su trabajo más envolvente e hipnótico, sin perder nunca ese punto nostálgico que tanto nos engancha. El inconfundible sonido de Beach House, tan místico, tan etéreo, no pasa desapercibido, y somos muchos los que aún no nos cansamos. Por eso este viernes yo me voy de cabeza a Razzmatazz a verlos. ¿Te lo vas a perder?
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