Turbulencias, nubes densas y tensión en el ambiente. Algunos miran a las azafatas, otros, hechos de otra pasta, se limitan a revisar su iPad tranquilamente. Y entonces te das cuenta de lo diferentes que somos, lo diferente que reaccionamos, lo diferente que es el mundo hoy. Pero no hace falta tener un vuelo complicado para recordarlo, el arte es nuestro mejor espejo para recordar nuestros avances y aprender de las equivocaciones. Mediante él nos expresamos, esculpimos, pintamos, dibujamos y grabamos nuestra realidad, nuestros valores y las técnicas del momento. Un motivo por el que Bestiari, la nueva expo de A/34, se convierte en un paseo con ochenta paradas que van desde una pequeña terracota mesopotámica de la segunda mitad del tercer milenio A.C, hasta un óleo de este mismo año. Un viaje en el que caballos, pájaros, aves, dibujos y grabados de diferentes artistas nos desvelan un universo tan personal como temporal en la calle Aribau 34.
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