Camposanto, by Teseo y Thaïs Cuadreny
Llámennos admiradoras, que lo somos. Digan que sentimos fervor por nuestros colaboradores, que así es: canciones, poemas, operación a corazón abierto, un Camposanto, emoción de la que te eriza sin muchas miras la piel y un lugar por el que transitar en una noche de viernes (previa a la catástrofe emocional de un día como el que le sigue a éste… El 14 de febrero, blablabla). ¿Por qué lo del fervor? Porque ni siquiera somos capaces de tocar a duras penas el texto que nos llega a la redacción de la mano de nuestra súper colaboradora Thaïs: “Somos Teseo y Thaïs Cuadreny y somos gemelos idénticos, no mellizos (aunque seamos chico y chica), los dos llevamos media vida cantando en difentes conjuntos y en solitario y al final nos hemos juntado por quién sabe qué capricho del destino en un proyecto de sencillas canciones acústicas, algo melancólicas, íntimas porque cuentan lo que suele escribirse en cartas que no se envían, o aquello que se declara de forma inapropiada cuando uno está bajo los efectos de algún arrebato o de alguna sustancia más o menos química. Sencillas canciones compuestas desde la víscera de cuando uno nota que se queda a solas, hechas para gritarlas en un arranque, o para susurrarlas como un lamento en voz baja y rota. Estaremos presentando nuestras primeras canciones de pop folck quebradizo”. A lo que Tes, Teseo, contesta: “¿Pero qué pop quebradizo ni qué niño muerto? Esto lo ha escrito mi hermana”. Esto lo han escrito ellos. Yo quiero emocionarme, como siempre que he ido a verlos cuando hacen tándem. ¡Voy! ¿Quién viene?
