Si por arte de magia –negra o blanca- me ofreciesen la posibilidad de revivir durante unas horas a una ‘estrella clásica’ y pasar un rato con ella, esa sería sin duda Ingrid Bergman. En sus propias palabras: ‘Be yourself. The world worships the original’. ‘Se tú misma. El mundo venera la originalidad’.

(Suspiro)

Nacida en Suecia en 1915, huérfana desde los doce años, Ingrid Bergman siempre quiso actuar, pero nunca persiguiendo la fama, sólo pura sed de pasión y talento. Su triunfo en Hollywood, sobre todo a partir de Casablanca -como una estrella distinta a las otras- la convirtió en musa de los mejores y más cotizados directores de la época -se suele decir que la actriz nórdica fue la primera rubia “hitchcockiana”-. Cómoda en su piel, Bergman interpretaba papeles de heroína romántica, inteligente, algo torturada, dura y distante, a menudo sometida a la voluntad de dos figuras -hombres- absolutamente opuestos. Uno autoritario, paternal, casi vampírico, y el otro seductor, amable, pero poco fiable. Su elegancia natural, unas facciones casi cinceladas, y ese gesto siempre como ‘mirando hacia adentro’, hacían de ella un icono de la feminidad cerebral, sensible y fuerte. Una starlet enigmática en la que centelleaba, casi como un secreto, un fuego soterrado y ardiente. Con motivo del centenario de su nacimiento, la Filmoteca de Catalunya programa un ciclo del 1 al 30 de septiembre que recorre los cincuenta años de carrera de Bergman, desde sus inicios en Suecia con su mentor Gustaf Molander -con quién rodó el Intermezzo que despertó el interés de David O’Selznick- hasta su último papel en el cine, en 1978, Sonata de otoño. Una oportunidad única para asomarse, ya sea oculta debajo del ala ancha de su sombrero en Casablanca o con los cabellos al viento en Estrómboli, a una mirada inconfundible y magnética, al talento inmenso y la capacidad intuitiva de esta actriz, la naturalidad de un rostro que irradiaba luz interior, exponiendo sus sentimientos como un ‘fuego llegado del frío’.

Suspiro doble.

Por: Thais Cuadreny P.

Precios: 4€

Hora: 1 a 30 de septiembre 2015

Lugar: Filmoteca de Catalunya, Plaça Salvador Seguí, 1 – 9