La vuelta al cole tiene sus cosas buenas. Porque, aparte del estrés postvacacional y las buenas intenciones que acaban siendo frustradas, el inicio de un curso aporta siempre una dosis de ilusión de lo más útil para empezar con fuerza. También mola aprovechar la circunstancia para renovar cosas. El armario, por ejemplo. ¿O no es placentero comprar ropa con la excusa del cambio de estación? Claro que sí. Y si encima la ropa es de segunda mano, uno no se siente como un consumista despiadado. Toma ya, si es que son todo ventajas. Los del mercadillo Demanoenmano sí que saben elegir el mejor momento para soltar prenda. Prenda y lo que no es prenda, porque aparte de ropa hay un montón de artículos de todo tipo a los que dar una segunda vida. Qué, ¿necesitáis una razón más para ir? Pues es un mercadillo libre y todavía hace sol. ¡El plan perfecto, amigos!