Ocurre más veces de las que nos gustaría que los diálogos entre obras acaban convirtiéndose en un rotundo “No me chilles que no te veo”. Pero también es cierto que, de tanto en tanto, en el mundo del arte se dan conversaciones fluidas como la de Valentina D’Amaro y Miguel Ángel Iglesias, dos artistas que confluyen en su gusto por el paisajismo y tienden a alejarse en la parte estética. Ella confía en la abstracción, en evitar los detalles y encumbrar por encima de todas las formas a una suerte de minimalismo cromático. Él, al contrario, juega con figuras reconocibles, definidas y sometidas a rígidas reglas arquitectónicas. Y cuando parece que ambos discursos, el rural y el urbano, apuntan al ruido, vemos que no, que desde unos lienzos pueden surgir preguntas que otras obras responderán, y que nosotros, inocente público, servimos gustosos de un punto intermedio. El diálogo existe y nos convierte en una frontera natural.

Por: Bill Jiménez

Precios: Gratis

Hora: Jue. 28 a las 19h y hasta el 11 de Abril

Lugar: Galería N2, c/ Enric Granados, 61