Dos sherpas, by Sebastián Martínez Daniell
Dos sherpas es una novela maravillosa en la que no sucede mucho. Lo que da movimiento al texto es la memoria de los personajes. Buceamos dentro de la mente de dos hombres: uno joven al comienzo de su edad adulta y otro que tiene muchos más años de experiencia para reflexionar. El joven sherpa es un estudiante de secundaria nativo de Nepal, pasamos tiempo en su cabeza mientras delibera entre futuras opciones de carrera y reflexiona sobre los recuerdos de la infancia con gran detalle. El sherpa mayor, que en realidad no es viejo ni es sherpa, es en realidad un extranjero en la zona, que parece albergar más hostilidad hacia los turistas y montañeros que hacia los lugareños. A lo largo de la novela, lo que los dos hombres se dicen uno a otro, podría escribirse en una página, pero, en cambio, las páginas contienen sus pensamientos, su pasado, sus aspiraciones, la situación actual.
La novela en sí misma es como un ascenso, una caminata que se detiene periódicamente para mirar hacia atrás, para observar tanto la realidad de las condiciones actuales, de la vida local, como los efectos persistentes del imperialismo. Y luego mira hacia la grieta, tomándose su tiempo para profundizar en el tema, en las influencias que podrían haber causado esta disonancia, este trato a las personas, este nombramiento de otros. Utiliza como referencia las referencias filosóficas y teatrales europeas, comparándolas con hechos relativos a la ‘gente del este’, y esta situación actual, donde uno del oeste yace en una grieta profunda, fuera de su territorio, siendo observado por dos del este. La serenidad narrativa para seguir contemplando. La magia y el abismo devuelven la mirada, aunque suene el viento.
