El columpio asesino viene musicando nuestras noches más oscuras de placer desesperanzado e independiente desde principios de los dosmiles. En esta ocasión el grupo nos visita en la Jack Daniel’s Night dentro de la 10 edición del Let’s Festival, junto a Nudozurdo y Trajano! en una noche con genuino sabor post rockero. Los de Pamplona abandonan las maneras hedonistas y bastante más digeribles usadas en “Toro”, el single de “Diamantes” (Mushroom Pillow, 11), para abrazar la más absoluta oscuridad sintética y conceptual desde el No-Futuro. Como un mal sueño después de una noche de sustancias y fantasías que se te vuelven en contra, en el duermevela que anuncia el retorno a una realidad mucho más terrorífica, los monstruos de la razón aparecen en el desangelado panorama -una playa en invierno cubierta de ballenas varadas y moribundas-. “Ballenas muertas en San Sebastián” se convierte en su elepé más interesante y difícil, apurando al máximo y hurgando en las llagas de la realidad actual. Incluso cuando canta Cristina Martínez, su dulzura y sus palabras se tornan perturbadoras. Verdades incómodas que no podríamos soportar durante el día, cuando nos armamos de valor, salimos a trabajar, miramos a nuestra pareja o intentamos adoptar un modo de vida sano y constructivo. Carne fresca y desnuda al sol de invierno en una ciudad industrial. Nos gusta la oscuridad cuando somos sinceros, aceptamos la parte podrida de las cosas cuando aceptamos la verdad. El Columpio quema los sintetizadores, entra a degüello y comienza la sucesión de mantras marinos tejiendo su trampa sónica en el after punk, buscando el reflejo de grupos inscritos en la escena española y vasca de los ochenta (Parálisis Permanente, Corcobado), desplegando su manifiesto en forma de cartas crudas y brutales. Bailar en la tormenta, sin noticias del placer.
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