El mundo abajo, by Patricio Jara
En estos siete espléndidos cuentos, Patricio Jara nos sumerge en los mundos subterráneos de hombres y mujeres que, por diversas razones, son enfrentados a la tragedia. Historias trabajadas en los últimos 10 años que tienen en común el basto paisaje. Somos grandes en nuestros problemas, pero minúsculos caminando por el desierto, nadando o sumergiéndonos en el mar, o al cruzar el cielo en un avión. El mundo abajo es un libro compuesto por siete cuentos que comparten la temática de mundos subterráneos y personajes que enfrentan diversas situaciones. Jara pule y planifica bastante sus textos con el objetivo de presentarnos la locura, el caos y la enfermedad en su máximo esplendor.
Abre el volumen “Iremi”, relato narrado en primera persona que va oscureciendo y que juega con los espacios vacíos.
“Todo se llena de agua”: Una muerte extraña y una doble inmersión (en el mar y en la mente de uno mismo) como excusa para la presencia del miedo y lo invisible hasta llegar al aturdimiento.
“Estuario”. Un río que surca el desértico norte chileno y que arrastra en su cauce restos, cadáveres, etc.
“Una fábula hardcore” Su estructura circular es adictiva: rencor, venganza, culpa y arrepentimiento.
“Jeff Hanneman” nos muestra a un tipo extraño y solitario en un viaje alucinante tras una guitarra.
“Búfalo”. Historias atroces y violentas. Abusos en un ambiente medio apocalíptico de coches destrozados y chabolas.
“Frontschwein”. Nos traslada al norte de África en plena Segunda Guerra Mundial. Allí, muerte y destrucción, pero también pequeños lugares para la vida.
En general, los cuentos exploran temas como la soledad, el aislamiento, la búsqueda de tesoros, la lucha por la supervivencia y el descubrimiento de otros mundos. En El mundo abajo, el protagonista no es el drama sino lo que acontece después de los traumas. Lo que sobresale en todos los relatos es la naturalidad con la que los personajes se relacionan con la perversión y el dolor. Un conjunto de relatos donde lo temible se abre paso con la fuerza del oleaje. Otro melón que tengo que abrir, el de Patricio Jara.
