Ferran Palau
Diez años han pasado desde que un joven Ferran Palau lanzara su primer álbum en solitario, L’aigua Del Rierol. Un álbum que sirvió de metrónomo, una suerte de primer ritmo al que poco a poco se sucederían las notas y los ornamentos característicos de lo que hoy forma la obra del artista. Cuatro álbumes más tarde -el último, Joia, se lanzó en diciembre-, el que fue líder de Anímic presume de un estilo propio –“pop metafísico”, que diría Palau-, fácilmente reconocible tras los primeros acordes. Su voz, siempre calmada y susurrante, dispuesta a pronunciar letras sencillas e íntimas, nos recuerda a la luz tintineante de las velas, y nos arropa como una madre arropa a su bebé en invierno.
Total, que nos encandila. Ferran Palau nos tiene encandiladas, y desde hace ya mucho. Este viernes, casi a modo de celebración por su décimo aniversario discográfico, debutará en el Palau de la Música Catalana de la mano del festival Guitar Bcn, con un concierto exclusivo en el que repasará las mejores canciones de su trayectoria. Un repertorio cargado de orfebrería melódica, ambientes oníricos y lirismo de autor, que encontrará en el templo modernista un entorno de lujo para degustarlo.
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