La buena música italiana tiene un componente de misteriosa emoción y absoluta creatividad difícil de comprender desde lo razonable. Concebida tal vez en el apasionado desorden y el temperamento de “i suoi figli”, la canzone inspira y se dirige frontalmente al corazón, sin rodeos ni cortesías. Italia es tierra de grandes compositores e intérpretes, de cantantes carismáticos con talentos innatos y originales, propensos también a los errores propios del creador orgulloso y sanguíneo. Genios naturales de sangre caliente, hacedores de hermosa e inteligente música popular. Franco Battiato, una de las personalidades más enigmáticas y peculiares de la canción italiana, vuelve a la ciudad con su experimentación electrónica, sus himnos pop y su elegante world music. La actuación en Barcelona propone un retorno a su vertiente más vanguardista, haciendo un recorrido por temas antiguos y nuevas composiciones desde los inicios, inscritos entre el rock progresivo y la electrónica, hasta las canciones de música étnica o culta de los noventa -hechas con el filósofo Manlio Sgalambro-, pasando por himnos pop indiscutibles como Voglio vederti Danzare o Centro di gravità Permanente. El músico de Catania ha desarrollado una carrera personal y única, donde el carisma y la búsqueda incansable de “l’AMORE” e la “VERITÀ” -así en mayúsculas-, son los verdaderos protagonistas.
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