Pregunta a cualquiera que esté un poco enterado sobre la música indie catalana y lo más probable es que obtengas alguna de estas dos respuestas: un indiferente encogimiento de hombros o una retahíla de improperios sobre el estado moribundo, casi cadáver, que pasa por ser la “escena” local. Señalarán la falta de atracción por la mezcla de estilos, el poco éxito internacional y acabarán sentenciando que no hay gran cosa que destacar. Ah… Pero estarán equivocados. Y obviamente no habrán oído hablar de The Free Fall Band. Estos jóvenes cachorros combinan elementos de Belle & Sebastian, The Beach Boys y el lado más suave de la radio de instituto americana de 1994 con una gran oído para la melodía y la armonía. Sus acordes probablemente peguen más con los perezosos días de verano que con las alargadas sombras de finales de octubre, pero no dejes que esto te desanime; han trabajado duro para su debut y eso se nota. Junto con El Faro, están aquí para probar que aún hay cuerda para rato.
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