¿Cuánto hace ya que Gold Panda llegó por primera vez a nuestras orejas? ¿Tres años, solo? Fue una sorpresa tan agradable ese “Lucky Shriner”, lo vimos en tantos sitios, en tantos carteles de festivales y en tantas páginas que luego vino esa resaca, el olvidarnos, como en todo lo que hacemos, y ese nuevo disco del año pasado, “Companion”, no impactó de la misma forma. No tenía tanto hit para el club, quizás, pero para nada perdía buenas canciones, algo más melancólicas puede, y con el ramalazo étnico del tema inicial. Luego, estos últimos meses no destacaba tanto entre los nombres del momento, y de hecho en la música electrónica otros le habían quitado el cetro de artista del momento. Quizás todo esto tiene que ver en que su nueva visita a Barcelona no sea en un escenario llamativo sino en las sesiones del CaixaFòrum DNit, aunque por el lado positivo, seguramente ahí vaya a ser bastante más disfrutable. Pero bueno, somos jóvenes todavía, ¿no? Ya llegarán otros artistas que nos hagan bailar y cuando toque, Gold Panda volverá a encabezar el próximo festival.