Esta noche le llega el turno a un evento íntimo y cercano, así como duro y descorazonador, aunque siempre con la esperanza brillando a lo lejos como una quimera alcanzable. Cualquiera de las personas que haya leído Instrumental, la biografía de este pianista, comprenderá lo que escribo. Notoriedades aparte, tenemos muchos argumentos para recomendar esta cita imprescindible: aprender de alguien que ha sufrido y que lo ha contado -algo que sin duda hace que la empatía con el tema, siempre desde la voz del respeto, se convierta en algo cotidiano-, realizar un acercamiento a la música clásica -ya sabemos que apenas se trata de piezas sueltas que el británico introduce durante el recital, a modo de cómo lo hace en el libro, poniendo en contexto la canción y destacando con humor anécdotas de la vida de los compositores, pero se trata de una forma de escuchar las obras al fin y al cabo- y por vivir un momento único: ese segundo inmediatamente anterior a que los dedos de este renovador de la divulgación y la narrativa de la música seria posen las manos sobre las teclas. Vayan si tienen ocasión, merecerá mucho la pena. // By Javier Muñoz