Al descubrir el grupo La Canalla (mi afortunado caso) y querer haceros partícipes de tal revelación, debería de ser fácil hacer alusión a un género concreto y “archiconocido”. ¡Este no es el caso! Escuchando “El bar nuestro de cada día”, su segundo disco, percibimos enseguida una música atemporal y repleta de contrastes. Podemos imaginarnos a un joven Antonio Molina, improvisando en el Cotton Club de un Nueva York de los ajetreados años 20 junto a un inquieto Louis Armstrong. Pero también podemos pensar en una Big Band Algecireña cantando al son de Quintero, León y Quiroga e inspirándose en historias del día a día, sin ningún tipo de tapujo, llegando al alma de exquisitos e infortunados por igual… Al igual que sucede con la lectura de un buen libro, la música de esta banda andaluza exiliada a Barcelona (Antonio Romera, “Chipi”, Javier Galiana, Julián Sánchez, José Benítez y José López), inspira y da rienda suelta a nuestra imaginación. Un grupo que evidencia que en la fusión “no todo está inventado“, que la españolísima copla casa perfectamente con la improvisación del jazz y que el resultado es cuasi divino cuando se le añaden toques balcánicos, canción popular gallega, reggaeton y grandes dosis de realidad, disfrazada de humor y salero “gaditano” en sus letras. Pero la religión Canalla no se entiende. Se vive y se siente alrededor de su gran tempo, el escenario. Hoy en la Sala Apolo de Barcelona.

Por: Laure Ballarin

Precios: 12€ anticipada. 15€ en taquilla

Hora: 21h

Lugar: Sala Apolo, C/ Nou de la Rambla, 113