Josefa Ros Velasco es una de las personas que más ha investigado el aburrimiento en los últimos años. Ha participado en todo tipo de proyectos de la Universidad Complutense relacionados con él e incluso es fundadora de la International Society of Boredom Studies. Ahora publica el ensayo divulgativo La enfermedad del aburrimiento en el que habla de esta cuestión como una forma de reacción frente a algo que nos produce malestar: si notas que te aburres con algo, córtalo.
En sus páginas ha recopilado todo el conocimiento sobre esta desagradable manifestación cotidiana que nos intranquiliza cuando la realidad no cumple nuestras expectativas. A todos nos visita alguna vez, en su forma más sencilla y pasajera o en su expresión profunda y duradera. Un síntoma que nos alerta de que la relación con el entorno está dañada y nos insta a ahondar en la raíz del problema y repararlo. Nos hemos aburrido siempre, pero no siempre de la misma manera. Hay varias formas de experimentarlo. La más común es cuando sentimos esa insatisfacción con respecto al entorno. Esto se experimenta siempre que tenemos unas ciertas necesidades satisfechas. Otro aburrimiento es el situacional que se experimenta cuando la situación que genera no permite que reaccionemos ante él, situaciones muy forzadas y acotadas que afectan a una comunidad entera. Es el caso de un sistema político dictatorial, de una residencia de mayores, la cárcel, valdrían de ejemplos. Aunamos fuerzas para desligarnos de ese malestar generalizado y acabamos dando un impulso rompedor, a veces positivo, otras negativo. El aburrimiento continuado también está detrás de trastornos alimenticios, trastornos del sueño, aumento del deterioro cognitivo y afecta a la movilidad. También surge cuando estamos haciendo actividades que son repetitivas.
Erradicarlo definitivamente no solo no es posible, también es indeseable. El precio que pagaríamos por una vida sin aburrimiento podría ser muy alto y conducirnos a la extinción. La enfermedad del aburrimiento es el viaje hacia un cambio radical en la manera de percibir y afrontar el tedio.
Edita: Alianza Editorial
Prólogo: Carlos Javier González Serrano