El tío empezó a los 20 y pico, y a los 50 sigue ahí, tan alocado y hambriento como prescribía Steve Jobs. Tiene videoclips estupendos en el currículo, y es suyo uno de los films más amados de este siglo, “¡Olvídate de mí!”. Tras algunos proyectos, digamos, no tan logrados, Michel Gondry vuelve a la cartelera con una adaptación del best-seller de Boris Vian, “L’ecume des jours”, una obra tan alucinante y disparatada que sólo la podría haber adaptado el mismo Gondry. Para contar la trágica historia de la pareja de enamorados que tiene que enfrentarse a la rara enfermedad de ella -nada menos que un nenúfar en el pulmón- y recrear las maravillas del universo surrealista de Vian -un piano que hace cócteles, una habitación que se encoge y hasta una parodia de Sartre, Jean-Sol Partre-, el francés echa mano de un increíble aparato visual y de un reparto que reúne Audrey Tautou, Romain Duris y el actor revelación del momento en Francia, Omar Sy. Total, aguardadísimo estreno, pese a que las críticas que nos llegan de las avant-premières no sean tan generosas: lo reprochan por su bric-à-brac excesivo y lo califican, finalmente, de agotador. Pero, ¿hay manera de que un film de Gondry no sea encantador? Para alocados y hambrientos de pura cepa.
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