La M.O.D.A.
El regreso del folk y el acercamiento de la gente joven a la “música de raíz” (término denostado y que recupera su vigencia) no es una tendencia pasajera: es una realidad que responde a la incertidumbre, a la falta de referentes a los que aferrarse y a la necesidad de música real frente a la creada por ejércitos de compositores que formulan el último hit global.
La M.O.D.A. siempre han jugado en el espacio que queda entre el folk, el rock y una escena alternativa que, para sobrevivir de forma honesta, tiene que sacarse las castañas del fuego por sí misma. Aquí no hay operaciones de marketing ni discográficas enmascaradas: La Maravillosa Orquesta del Alcohol lleva 10 años de carrera autogestionada, de conciertos vibrantes y canciones emocionantes que beben (y reinventan) la tradición.
Por eso, a sus seguidores no les ha sorprendido un proyecto tan ambicioso, hermoso y, conociéndolos, lógico: tomar el repertorio popular de su tierra (con letras de cancioneros populares del conjunto de la provincia de Burgos de Federico Olmeda y Antonio José, de 1903 y 1932, respectivamente) y darles una nueva vida que crea nuevos referentes.
Para el Nuevo Cancionero Burgalés, La M.O.D.A. ha adaptado estas letras de más de un siglo y compuesto nueva música. La grabación junto a Gorka Urbizu (Berri Txarrak) ha buscado la crudeza y la sencillez, con una sonoridad de folk-rock directa y nada impostada. La banda reconoce que han girado su foco inicial puesto en Irlanda y Estados Unidos para mirar a su alrededor. Como resumen en una entrevista a Mondosonoro: “El río que vemos pasar delante de casa no es el Misisipi, es el Arlanzón”.
La acogida del disco está siendo brutal, no es para menos: han creado canciones universales que tocan la fibra y mueven algo muy profundo. Un buen ejemplo de este éxito es que la presentación en Barcelona en la Sala Razzmatazz será de dos noches seguidas, viernes y sábado. ¿No será maravilloso cantar con ellos Mañana voy a Burgos?
